martes, 7 de julio de 2015

NUEVA WEB LÍBROME DEL MAL

Nuestro blog se ha hecho mayor y se ha convertido en web. A partir de ahora colgaré las reseñas de los libros en  www.libromedelmal.es
Muchísimas gracias a todos los que habéis hecho posible este blog, Espero que la web os guste, hay nuevas secciones y nuevo diseño.

Feliz lectura a todos.

domingo, 28 de junio de 2015



Cómo ser marido.
Tim Dowling. Editorial Anagrama. 298 páginas.

La vida es así, no la he inventado yo

Cuando se llega al matrimonio, se cae en la cuenta que no nos han explicado bien cómo funciona. Como punto importante en la madurez de las personas, el matrimonio representa lidiar con cuestiones que hasta ese momento eran perfectas desconocidas: la relación con la familia del otro cónyuge, la decisión de tener hijos y la adaptación a la paternidad, la lucha por ganar el sustento económico para dos o más personas, etc.

Y mucha gente, la referencia más viva que tiene de la institución matrimonial y todo lo que conlleva es el “fueron felices y comieron perdices” que tanto le gusta vender a Hollywood. Dowling coge la sierra mecánica y descuartiza trocito a trocito esta idílica e infantil idea y es claro desde el principio: el matrimonio es un arduo trabajo en el que vas a fracasar mucho. No hay manual de instrucciones para su funcionamiento. No quedará otra que acudir al sistema ensayo-error para ir avanzando en su conocimiento.

El autor nos repite que el libro no es de autoayuda. Habla de su experiencia personal como marido y padre de tres hijos para que el lector tome conciencia de lo que se debe y en muchas ocasiones no se debe hacer para mantener un vínculo matrimonial sólido. Y lo hace siempre usando el humor como hilo conductor.

Dowling tiene claro que solamente con los dardos del humor acertará a dar en el blanco cuando nos hable de la masculinidad, la falta de comunicación entre  cónyuges, la pérdida de seres queridos y el crecimiento de los hijos, entre otros muchos temas. Porque el tono cómico del libro hace que el lector se sienta identificado con las situaciones reales que nos describe y pueda extraer sus propias conclusiones.

La obra cuenta con pasajes divertidísimos, como cuando prueba técnicas de acercamiento para mantener la relación en buen estado; cuando describe que una de las tareas básicas del marido es bajar las persianas y asegurarse de cerrar la puerta para ir a dormir o cuando pregunta a un reputado especialista en la materia como se puede ganar una discusión con su mujer.  
No obstante, tras las gruesas capas de comedia siempre advertimos la fina textura  de la investigación y los estudios que realiza el autor. Dowling parte de la base de su propia experiencia pero trata siempre de sustentarla con opiniones de profesionales y estudiosos.

Este libro va a gustar a muchos porque Dowling nos demuestra que riéndonos de nosotros mismos podemos llegar a entender la idea clave para que todo matrimonio funcione: tomar conciencia de que el otro cónyuge por biología y genética es diferente a nosotros pero que tenemos la capacidad y la necesidad de superar las diferencias para crear un vínculo firme y duradero.



lunes, 22 de junio de 2015




La habitación de Nona.
Cristina Fernández Cubas. Tusquets Editores. 192 páginas.

Puertas entreabiertas

La habitación de Nona es un libro de cuentos en el que  la autora nos demuestra que domina perfectamente la mecánica del relato corto. Los cuentos están muy bien estructurados, la narración fluye sin cortapisas y el giro inesperado que sorprende al lector se presenta en el momento preciso.

El universo de Fernández Cubas puede compararse con una casa en la que hay habitaciones correspondientes al mundo real y otras que pertenecen al mundo no real o ficticio y siempre hay una puerta entreabierta que las une. El tránsito de un mundo a otro se hace de manera sorprendentemente natural, sin artificios, como cuando pasamos de una habitación a otra de la casa.

La autora reivindica la imaginación. No obstante,  a veces a sus personajes les asalta la melancolía al regresar desde el mundo ficticio a las estancias del mundo real   y también hay otras veces que la usan para vislumbrar los fantasmas que les acechan. Pese a todo, la imaginación es un recurso  necesario para el ser humano, ya que lo conecta directamente con la ilusión.

Hay dos cuentos que sobresalen por  encima de la media. El primero es La habitación de Nona, donde la autora va ensanchando y estrechando los límites de la realidad con maestría para hacer ver al lector que el mundo ficticio puede ser tan real como ficticia puede ser la realidad. No se puede dejar de destacar la frase de Einstein que nos regala el cuento: “La realidad es una ilusión, aunque muy persitente”.

El segundo es El final de Barbro donde hace gala de un finísimo sentido del humor para diseccionar la reacción de tres hermanas ante la llegada de un nuevo miembro a su familia. El destino a veces es bastante caprichoso, se presenta sin avisar y se cuela en nuestra propia casa para agitar y poner patas arriba  los lazos que hasta ahora regían la convivencia familiar. Ante esta situación, Fernández Cubas quiere mostrarnos como reaccionamos las personas y que recursos buscamos para recuperar o mantener el orden que nos era más favorable.

Así pues, este libro de cuentos es perfecto para quien quiera iniciarse o simplemente disfrutar del arte del relato corto. Es cierto que  hay unos cuentos más irregulares que otros, pero en el balance final de la obra  las historias  que componen La habitación de Nona dejan poso en el lector. Días después  de haberlas leídos vienen a tu cabeza y no puedes evitar volver a pensar en ellas una y otra vez.


sábado, 20 de junio de 2015




Ofrenda a la tormenta.
Dolores Redondo. Editorial Destino. 440 páginas

Ofrenda a los lectores

El lector que llega a Ofrenda a la tormenta  ya ha pasado previamente por las dos anteriores entregas de la trilogía del Valle de Baztán (El guardián invisible y Legado en los huesos). Por tanto, ya está familiarizado con la inspectora Amaia Salazar y su equipo de investigadores que ha de resolver casos de asesinatos de menores ocurridos en dicho valle. Es perfecto conocedor de la idiosincrasia y costumbres de las gentes del lugar. Se podría decir que es un lector en cierta medida entregado: ya le ha tomado el pulso a la historia y a la manera de narrar de la autora.

Así pues,  está frotándose las manos deseoso de saber cómo acaban las principales tramas argumentales abiertas en los dos volúmenes anteriores, a saber: los demonios interiores de la inspectora Salazar, la relación con sus hermanas, el enfrentamiento con fuerzas del mal que parecen ir siempre por delante de ella, los intentos de ganarse el respeto de los miembros de su equipo y su vida de pareja con James.

Y Dolores Redondo se pone manos a la obra y se centra en ir contestando a todos los interrogantes, cerrando las puertas de todas las tramas argumentales abiertas. Ya no es necesario extenderse tanto en la ambientación o perfil psicológico de los personajes, sino que pisa el acelerador y nos dice que nos pongamos el cinturón porque vienen curvas importantes que harán pegarse al lector a las páginas de Ofrenda en la tormenta.

La autora conduce con mano firme siendo perfecta conocedora de la carretera, de ahí que en líneas generales la resolución de las tramas guarde  coherencia con lo acontecido previamente y muestre la solvencia de Redondo. No obstante, sí que hay que indicar que quizá derrapó un poco con el tratamiento que da al personaje de James y a la relación de pareja: había mucho más contenido que se podía exprimir y ella tiene la habilidad para hacerlo.

En comparación con Legado en los huesos, quizá cuesta un poco más arrancar, no obstante, se compensa con el ritmo más acelerado que imprime a la narración y con las sorpresas que van saliendo por el camino.

En definitiva, Ofrenda a la tormenta es un buen final que no va a defraudar a los seguidores de la saga. Es importante resaltar que si nos hemos dejado seducir por Stieg Larsson y su trilogía Milenium, es obligatorio conceder una oportunidad a Redondo pues además de encontrar todo lo que encontramos en Larsson, lo encontramos de más calidad en muchos momentos y  como añadido, podremos disfrutar del Valle de Baztán. Al cerrar las páginas de la novela nacerá el deseo de visitar ese lugar mágico en cuanto a belleza, folclore y quién sabe, elementos sobrenaturales.



domingo, 7 de junio de 2015





Vida de Familia.
Akhil Sharma. Editorial Anagrama. 197 páginas

La marca de la vida

Vida de familia nos cuenta la trayectoria de una familia de la India que se muda a Estados Unidos a finales de los años 70. La familia está compuesta por el matrimonio y sus dos hijos varones, Ajay de 8 años y Birju de 12. La obra muestra los brutales contrastes entre la India tradicional que dejan atrás y la sociedad americana del consumismo que les recibe. Los recién llegados tienen que hacer un reset mental en muchos aspectos para poder adaptarse a su nueva situación, viviendo por el camino situaciones insólitas.

Todos los sueños y esperanzas de la familia se ven truncados por el advenimiento de una desgracia que sacude la familia y que se centra en Birju. A partir de ahí, vemos como evolucionan los distintos personajes para intentar sobrellevar este enorme golpe bajo que les ha atestado la vida.

Se puede apreciar especialmente la carga autobiográfica que desprende Vida de familia cuando  dibuja el panorama del final de la infancia y principio de la adolescencia de Ajay, narrador y alter ego de Sharma: ya no cuenta con la protección de su hermano mayor, vive en una casa que a menudo se convierte en una prisión para él, asiste a una escuela en la que se siente diferente y bastante a menudo nota clavada la mirada de los demás niños encima.

Quizá lo más interesante de la novela sea la manera en cómo Ajay nos habla de las desgracias, con ese distanciamiento propio de su edad que le permite o ayuda a normalizar situaciones totalmente anormales que ningún niño debería vivir. Y cómo encuentra  su refugio en los libros, auténticos salvavidas en el mar de las dificultades que azotan la vida del protagonista y su familia.

Sharma intenta mezclar el drama y la comedia en esta obra. Pero, si bien es cierto que  en los momentos dramáticos el autor consigue tocar la fibra sensible al lector, no obtiene el mismo resultado con la comedia: cuesta conectar con alguno de los toques de humor que introduce a lo largo de la obra. Se echa en falta un poco más de ingenio o pasión en las situaciones cómicas y el sentido del humor está, quizás,  demasiado ceñido a la idiosincrasia de la comunidad india, no consigue adquirir un tono más universal.

Vida en familia consigue que veamos cómo los protagonistas luchan contra la adversidad de la vida aunque la desigualdad de las fuerzas sea evidente y esa lucha les pase factura de manera irremediable. No obstante, da la impresión que al acabar la obra uno no acaba de hacer del todo suyos a los personajes. Se echa en falta que el autor no haya dispuesto de más puentes para acercarnos a ellos.

domingo, 31 de mayo de 2015




El imperio de Yegorov.
Manuel Moyano. Editorial Anagrama. 192 páginas

Who wants to live forever

Un libro puede gustar al lector y dotarse de originalidad por varios motivos: las atmósferas planteadas, la cercanía que pueda establecer con el lector, el humor, la complicidad… El imperio Yegorov llama la atención principalmente por la estructura que nos plantea el autor. No hay una narración al uso, sino que el libro consiste en la recopilación de diversos documentos de muy variada índole: un diario, entrevistas, informes policiales, correspondencia, chats,  emails, etc. Moyano se encarga de tejer hilos muy finos, pero resistentes sobre los que transita la narración entre la sucesión de textos de tan diferente índole.

No obstante, el autor ha puesto especial cuidado en que el lector no se pierda nunca y se mantenga enganchado. Plantea la novela como una especie de puzzle en el que el lector sabe en todo momento que al final  será capaz de unir todas las piezas, que no habrá giros tramposos. En cierto modo, invita al lector a jugar y a mantener la incertidumbre de una trama cuyo desenlace se va  a producir en el momento justo.

No procede desvelar grandes cosas del argumento del libro, baste indicar que  arranca con un descubrimiento fortuito de unos exploradores japoneses en una expedición efectuada en los años 70 para estudiar una tribu indígena en Papúa Nueva Guinea. Este descubrimiento tendrá una trascendencia inimaginable en el futuro e irá marcando el devenir, por acción u omisión,  de los distintos personajes que aparecen en la novela.

Moyano  mezcla la novela de aventuras, la ciencia ficción y  el thriller haciéndose imprevisible para el lector en todo momento, pero no lo hace con la mera intención de alardear, sino siempre  por y para el desarrollo de la trama.

El autor tiene claro que quiere entretener, por eso la obra está impregnada de un sentido del humor que no  mueve a la risa contundente, pero que arranca más de una sonrisa con su fina ironía. Ahora bien, el objetivo de entretener no impide al autor poner en el punto de mira  la codicia y el endiosamiento  que a menudo predominan más de lo deseable en el comportamiento del ser humano.

En definitiva, El imperio de Yegorov no pretende ser otra cosa que  una alternativa  original que entretiene  sin necesidad de estrujarse  el cerebro, pero que deja un poso que invita al lector a la reflexión y a pensar qué hubiera hecho si se encontrara en la misma situación que muchos de los personajes que aparecen en la obra.

lunes, 25 de mayo de 2015



Las lecciones peligrosas.
Alissa Nutting. Editorial Anagrama. 320 páginas

Desenfreno perturbador

Atención. Este libro no es apto para todos los lectores. He de confesar que yo nunca pensé que fuera capaz ni tan siquiera de acabar una novela con el trasfondo del sexo entre adultos y adolescentes. Pero en este caso, la acabas y te das cuentas de que te encuentras ante una novela excepcional que decide abrirse camino entre los temas tabús de la sociedad: el sexo prohibido, la falsedad e hipocresía, la frialdad emocional etc. Nutting no se arruga y apuesta fuerte, se mete de lleno en jardines atestados de espigas de los que consigue salir airosa sin ningún rasguño.

La autora nos presenta una protagonista con aspecto de ángel y alma de Lucifer En efecto, Celeste Price es una profesora de instituto de una belleza descomunal que sólo encuentra la satisfacción desde el punto de vista sexual con los adolescentes. Celeste tiene claro cuáles son sus necesidades y no mira si lo que hace está bien o mal: ella tiene que acallar el fuego que le quema por dentro y solamente se puede hacer con chicos que rondan los 14 años.

Es un gran acierto de Nutting elegir un tono ligero y desenfadado para esta novela. Los temas que trata son de tal calibre que no admitirían un tono más serio y profundo. En manos de cualquier otro autor esta novela tan sumamente arriesgada bien podría haber saltado por los aires, pero Nutting logra triunfar con una prosa afilada,  sentido del humor y  con una visión ácida y un tanto sarcástica de los hechos narrados. Se podría decir que tiene un toque Tarantiniano.  

No me extraña que este libro haya sido prohibido en varios estados de Estados Unidos de América. Pero si logramos ir más allá del fuerte contenido sexual irreverente que se nos tira a la cara y nos dejamos llevar por su sentido del humor e impostura, encontramos que la autora consigue una de las cosas más difíciles para todo escritor: que no te caiga nada bien su protagonista y a la vez tenerte enganchado a sus páginas.


Hay que felicitar a Anagrama por apostar por una obra tan peligrosa en tiempos que está tan de moda lo políticamente correcto. La literatura debe ser también un vehículo para hablar de aquello de lo que normalmente no se puede hablar. La buena literatura nos estimula y nos provoca, no busca el sensacionalismo o escandalizar gratuitamente.

domingo, 17 de mayo de 2015




Sumisión
Michel Houellebecq. Editorial Anagrama. 288 páginas

Mordiendo sin desgarrar


Houellebecq nos hace un planteamiento realmente interesante: un partido islamista consigue por medios democráticos y legítimos llegar al poder y una vez en él, eliminar de un plumazo dos de los pilares de la democracia moderna: la igualdad entre sexos y la laicidad del estado. Y esto ocurre a la vuelta de la esquina,  en la Francia del año 2022. La primera pregunta que se nos viene a la cabeza es la eterna duda de filosofía política: ¿debe la democracia usar medios no democráticos para acabar con aquellos que la ponen en peligro aunque hayan accedido al poder por medio totalmente legítimos?

El autor nos da la respuesta servida en bandeja: no es necesario porque nadie haría nada. En efecto, pone el dedo en la llaga al apuntar que la sociedad actual dejaría, sin lugar a dudas, que un partido desmontara  los pilares de la democracia ya que el individualismo liberal ha hecho que acabe hastiada de sí misma. Solamente tenemos que fijarnos en el ejemplo del protagonista, François: un intelectual que lleva una vida monótona y aburrida en la que poco a poco va perdiendo el contacto con sus semejantes. Es una persona que va  a lo cómodo, a no complicarse la vida. El problema es que cuando la comodidad prima en nuestras vidas, viene de su mano el  pasotismo y la falta de ilusión y solidaridad. Si no hay pasión ni ganas de emprender nuevos retos, nos convertimos en autómatas que solamente contemplan como van pasando los días sin más. De tanto mirarse el ombligo, no es capaz de levantar la cabeza para entender realmente lo que pasa más allá de sus narices.

Houellebecq nos pone el espejo delante y nos obliga a mirarnos cara a cara con nuestros defectos como sociedad. Hinca el diente, qué duda cabe, pero a la hora de la verdad, su mordisco no consigue tener la fuerza suficiente que apuntaba. Y ello es debido a que en la segunda parte del libro se centra demasiado en la vida intelectual del protagonista, consagrada al estudio de uno de los clásicos de la literatura francesa. En esta segunda mitad, la novela va alternándose entre  el ámbito de la reflexión del pensamiento político y social, donde gana enteros, a terrenos intelectuales elitistas de marcado acento francés donde pierde interés. Parece que el autor deja un poco de lado el afán de  universalidad con el que emprendió la novela.

En conjunto y pese a sus defectos, nos encontramos ante una novela que nos va a hacer pensar, que es exigente con el lector aunque sea de lectura fácil. Creo que sí consigue el que quizá sea uno de los principales objetivos de todo intelectual humanista: que la sociedad tome conciencia de sus defectos para poder mejorar como tal. Y eso ya es mucho. 

miércoles, 13 de mayo de 2015




Legado en los huesos.
Dolores Redondo. Editorial Destino. 540 páginas

Segundas partes que sí son buenas

Las buenas sensaciones que Dolores Redondo nos dejó en El guardián invisible se ven confirmadas e incluso superadas en la segunda novela de la trilogía del Valle de Baztán (Navarra). En efecto, en Legado en los huesos se ve a Redondo más suelta, conduciendo de manera eficaz una trama más compleja y por ello más rica que la que había en la entrega anterior.

El arranque de la novela es muy bueno ya que nos sumerge de lleno en la maternidad de la protagonista, la inspectora Amaia Salazar, y lo que ello conlleva: noches sin dormir, trato con suegros que tienden a entrometerse más de la cuenta, prisas, estrés… Redondo transmite con sumo acierto la complejidad de las emociones y reacciones de la mujer que acaba de ser madre. Cómo esas emociones ponen patas arriba a una persona racional y ecuánime. Cómo le llevan en algunas ocasiones a sentirse una inútil y  ser injusta consigo misma y en otras a pasarse de frenada y pagar los platos rotos con su pareja, James. Cualquiera que se haya visto en esas lides sabrá perfectamente de que hablo.

Como seguro sabrá que la felicidad que da un hijo no se puede comparar con absolutamente nada de este mundo. Y ella y James la están disfrutando. En esta situación de cambio y adaptación es donde se encuentra la protagonista cuando vuelve a toparse con el  caso de un asesino en serie despiadado que siempre parece ir un paso por delante de la policía.

En este segundo episodio también aparecen  elementos sobrenaturales a los que tiene que enfrentarse la inspectora. En comparación con El guardián invisible estos elementos están mejor engarzados con la trama puramente policial y por eso la dotan de mayor consistencia y empaque.

En conclusión, Legado en los huesos nos ofrece una adecuada evolución de los personajes y las situaciones apuntadas en El guardian invisible. La lectura sigue siendo dinámica y entretenida. Y también  vuelve a aparecer la sensación de que la autora sigue guardándose ases en la manga que, espero, desvelará definitivamente en la tercera entrega de la serie.


martes, 5 de mayo de 2015




El guardián invisible
Dolores Redondo. 440 páginas. Editorial Destino.

Lo que el ojo no ve

El guardián invisible es el primer libro de la trilogía de novela negra creada por Dolores Redondo. Esta trilogía está  ambientada en el Valle de Baztán (Navarra) y protagonizada por la inspectora de la policía foral Navarra, Amaia Salazar.


Pienso que en una novela negra son menos importantes la narración de los crímenes cometidos y de los pasos que da el investigador de turno para resolverlos que las otras cosas que nos quiere contar el autor: la ambientación, la vida privada del investigador principal, las familias de las víctimas, las costumbres del lugar donde el crimen ha sucedido, el impacto de los crímenes en la comunidad, etc. Estos aspectos secundarios son los que para mi dan vida a una novela negra  y nos permiten calibrar su calidad.


Se nota que Dolores Redondo ha hecho un esfuerzo por cuidar estos aspectos secundarios. El Valle de Baztán se nos presenta como un lugar con una magia especial, dónde hay mucho que no puede explicar la razón, sino las leyendas y  el folclore. Precisamente uno de los puntos fuertes de la novela es la lucha o contraposición entre razón y mito. La autora nos recuerda que la mitología es la herramienta primigenia para explicar el mundo, de ahí que cuando nos fallan los medios actuales modernos y científicos siempre volvemos al remedio popular que no tiene base científica alguna, pero que ha sido usado generación tras generación.


A lo largo de la obra,  Amaia se va viendo obligada a admitir que realidad y leyenda se entremezclan desde siempre y la mejor manera de explicar la primera es reconocer en ella las influencias de la segunda.


Redondo ha construido una novela de fácil lectura, cuya pretensión es entretener al lector sin dar giros estrambóticos en la trama o poner trampas a la hora de mostrarnos el culpable o culpables de los crímenes.


Otro acierto de la autora es la manera en que nos hace ver la presión que soporta Amaia intentando ser ella misma en todas las facetas de su vida. Es una inspectora de éxito en un mundo tradicionalmente masculino, en la que algunos ponen en entredicho su valía por ser mujer. En el ámbito familiar tiene dos hermanas mayores, una de las cuales le hace de menos cada vez que puede. En el terreno sentimental,  tiene una relación estable y satisfactoria pero que se encuentra ante un reto que los dos afrontan de diferente manera. Y por si fuera poco, al regresar a su pueblo natal para resolver los crímenes debe enfrentarse a fantasmas del pasado que estaban en lo más recóndito de su mente y que vuelven para atormentarla. No podemos evitar sentirnos identificados con Amaia al verla realizar auténticos equilibrismos para que cada parcela de su vida se mantenga en sus márgenes y no invada a las otras.


Tras acabar la lectura de El guardián invisible queda cierta sensación de  que es el inicio de algo no acabado aún. Da la impresión que la autora no ha acabado de poner toda la carne en el asador, que todavía puede  profundizar aún más en el perfil psicológico de los personajes y en las relaciones sociales que mantienen en el ámbito de una comunidad pequeña y muy arraigada a las tradiciones, que son los aspectos que más me han gustado de la novela. Inmediatamente voy a comenzar el segundo libro de la trilogía El legado de los huesos para salir de dudas y confirmar que las buenas sensaciones dejadas en la primera aumentan con el segundo libro.


En definitiva, nos hallamos ante una obra recomendable si queremos una lectura fácil y sin complicaciones que nos entretenga y que apunta buenas posibilidades para posteriores entregas.




domingo, 26 de abril de 2015





La muerte del padre. Mi lucha: 1
Karl Ove Knausgard. Editorial Anagrama. 504 páginas.

Ice, ice, baby

Karl Ove Knausgard ha realizado algo poco común en la literatura actual: nos cuenta su propia vida sin tapujos. Ha tardado tres años en escribir seis libros que nos relatan su vida, pero proporcionando todo lujo de detalles y con una visión dura, crítica y poco complaciente sobre sí mismo y sobre los que le rodean. La muerte del padre es el primer volumen de los seis.

La trama argumental de este primer volumen gira en torno a dos grandes ejes, el primero es la figura de su padre, una persona en constante conflicto consigo misma que se comporta de manera anárquica y un tanto arisca con sus hijos, que se aísla y huye de su responsabilidad mayor: criar a sus hijos dotándoles de la seguridad en sí mismo necesaria para que puedan ser felices el día de mañana. El segundo eje es la adolescencia del autor. En él nos acerca a sus amigos, nos habla de su inmadurez en el instituto, de sus gustos musicales y literarios, nos relata sus primeros enamoramientos y su iniciación a la bebida. El autor nos hace ver que la frialdad y el desinterés de su padre le  condiciona enormemente su manera de enfrentarse a la adolescencia y también el carácter y forma de pensar que tiene en la edad adulta.


Knausdard tiene una prosa fría, distante y directa, que huye de las florituras. Ahora bien, lo que no acabo de entender es por qué la utiliza continuamente para explicar acciones cotidianas que son secundarias y prescindibles para la acción de la novela. Por ejemplo, si se está haciendo un té nos explica desde cuando pone el agua en la tetera hasta que se toma el té sin saltar ninguno de los pasos previos y mostrando hasta el más mínimo detalle. Esto hace que el lector se sienta perdido a veces entre esa maraña de actos cotidianos sin encontrar el hilo de lo que Knausgard quiere contar realmente y por tanto, le resulte difícil poder engancharse al libro.


La conciencia que Karl Ove tiene de sí mismo y su relación  con el resto de personajes está definida por la frialdad. No hay el más mínimo atisbo de pasión o fuerza interior positiva en las relaciones familiares del autor y el resto de miembros de su familia. Todo está marcado por una educación que enmascara los sentimientos y verdaderas necesidades de las personas. Y esa manera de actuar ha dado lugar a un adulto que a veces puede parecer un auténtico inmaduro a los ojos de los lectores.


En efecto, en una de sus reflexiones colaterales sobre su familia actual, el autor nos cuenta con pesadumbre que su mujer y sus hijos pequeños suponen para él un auténtico engorro a la hora de escribir y que, por consiguiente, lo alejan de su sueño de ser un gran escritor. Me dejó de piedra esta reflexión Me entraron ganas de preguntarle: ¿y entonces por qué tuviste hijos y formaste una familia?, ¿se supone que debemos sentir lástima por ti?

Aunque no he sido capaz de engancharme con la novela, sí que tengo que reconocer que hay pasajes de una calidad muy alta, donde su ejercicio de introspección puede ser trasladable a todos nosotros, por ejemplo, cuando habla de su primer enamoramiento.


No obstante, me pregunto por qué estos pasajes no han sido el motor del libro. Por qué priman más las constantes reflexiones y digresiones dando vueltas en círculo a muchos temas y por qué las salpica con la explicación detallada de multitud de actos cotidianos que no vienen a cuento. Esta manera de encarar la novela hace que el ritmo de la obra se haga muy lento y pesado, dando pie a que el lector se rinda y la abandone.


En cierto modo, Karl Ove Knausgard no tiene tintas medias: o te encanta o lo odias. Tengo que reconocer que yo tengo serias dudas sobre si seguiré leyendo el segundo volumen de sus obras. Me he quedado un poco empachado de su vida.



martes, 21 de abril de 2015




Música para feos.
Lorenzo Silva. Editorial Destino. 268 páginas.

Bravo por la música

Tengo que confesar que Lorenzo Silva es una de mis debilidades. Lo descubrí por pura casualidad allá por el año 2001  cuando me llamó la atención el título de un libro suyo: El alquimista impaciente. Protagonizado por una pareja de Guardia Civiles  ofrecía una visión realista y cercana del trabajo de investigación que realizan. Después con los años, esta pareja se convirtió en una de las más famosas del género negro en España, pero no hay que olvidar que también ha publicado otros títulos muy interesantes lejos de la novela negra o criminal. El ejemplo más destacable puede ser El blog del inquisidor.


En Música para feos Silva nos muestra las etapas de una relación amorosa entre dos personas a priori dispares por la diferencia de edad y circunstancias. El lector asiste al romance desde sus inicios,  desde el mismo  momento en que surge la chispa entre los protagonistas y todo lo que conlleva: el paso inicial de la inseguridad a la euforia, las mariposas en el estómago ante la perspectiva de una nueva cita, los misterios a descubrir en el ser amado… A partir de ahí, verá cómo evoluciona la relación y la huella que va dejando en los dos personajes.


La prosa es fluida y ágil, y permite que  las páginas vayan pasando casi sin darse cuenta. Aparecen  diálogos via Skype o via whatsapp que acercan la obra a la realidad de la comunicación de nuestro tiempo. No obstante, el punto más destacable en cuanto a estilo es el uso que da a la música. Silva quiere explicarnos la historia de amor a partir de las canciones que escuchan y se intercambian los personajes. Son el indicador del momento y el estado de ánimo de los protagonistas y permite conectarlos con los lectores de un modo casi automático. En efecto, en el terreno sentimental una canción puede valer más que mil palabras. Los lectores pueden disfrutar a través de  Spotify de la lista de canciones que el autor nos ofrece. Y es toda una invitación a pensar en las canciones que para el lector pusieron la banda sonora al amor o amores de su vida.


Esta novela, cómo casi todas las de Silva, está protagonizada por buenas personas en el mejor sentido de la palabra: aquellas a  las que no les gustan muchas cosas del mundo que les rodea pero que tratan de jugar la partida de la vida lo mejor posible con las cartas que les han tocado, sin pretender mejorar su situación a costa de pisotear a otros. Saben  que la  felicidad se encuentra en las pequeñas cosas que pueden pasar desapercibidas: un paseo por el parque, un café a media tarde, una conversación profunda… Y son gente que no renuncia a la distancia que les resta para alcanzar sus sueños, pues esta distancia no es más que la confirmación de que estar vivo supone tratar de dar un paso más hacia la búsqueda de los mismos.


Además, a través de la historia de amor, Silva aborda una temática que no se desvelará en esta reseña y  en la que casi todo el mundo pasa de puntillas o no quiere ver. El autor quiere ponerla delante de nuestras caras para que reflexionemos y la tengamos presente.


Este libro se lo recomendaría a todo aquel que alguna vez haya estado enamorado y le hayan correspondido. Prácticamente el 100% de la población humana. Sus palabras son música que nos traslada a los mejor de nosotros mismos.


A destacar.
La conexión con las situaciones y emociones que viven los protagonistas.
La capacidad para tocar la fibra del lector sin caer en sentimentalismo barato.
Que es recomendable para todo el mundo

domingo, 12 de abril de 2015




También esto pasará.
Milena Busquets. Editorial Anagrama. 176 páginas.

Afrontar la pérdida

Tenía curiosidad por llegar a esta novela, ya que se está convirtiendo en todo un fenómeno editorial y está teniendo el reconocimiento y admiración de muchos lectores.

Hace tiempo leí que lo peor que nos puede pasar en vida no es nuestra propia muerte puesto que cuando llega no tenemos capacidad para sentirla,  lo peor es la muerte de nuestros seres queridos pues una parte de nosotros muere con ellos y tenemos que seguir viviendo con ese lastre durante el resto de nuestros días. 

Y es en estos terrenos donde se mueve También esto pasará.. Milena Busquets trata de explicarnos qué secuelas nos deja la pérdida de un ser querido y cómo tratamos de reinventarnos para superarlas o al menos sobrellevarlas de la mejor manera posible.

Blanca, la protagonista,  tiene una vida en la que prima la ligereza. Nos hace toda una declaración de intenciones al decir que “la ligereza es una forma de elegancia. Vivir con ligereza y alegría es dificilísimo”. Y las consecuencias de esta manera de vivir llegados a la cuarentena es la inestabilidad sentimental, amigos que siguen viviendo como si tuvieran 20 años, incertidumbre laboral. En ciertos pasajes de la novela parece que Blanca y sus amigas son las chicas de Sexo en Nueva York veraneando en Cadaqués.

Bajo estas premisas, la pérdida del referente materno supone dejar todavía más al descubierto todo lo que está por hacer y no se ha hecho.  El tiempo pasa y hay que ir adaptándose a cada nueva etapa de la vida.

El principal problema de la novela es, precisamente, su protagonista. La autora quiere mostrarnos el camino para transitar este periodo difícil, pero no parece que su personaje tenga suficiente empaque como para recorrerlo. Una persona de 40 años que se comporta en muchos casos como una adolescente no está preparada para asimilar toda una lección de vida que es la pérdida de nuestros padres. Llegados a los 40, Blanca no  puede hacer las mismas cosas que hacía a los 20, por mucho que nos sintamos perdidos y huérfanos en la vida.

La novela se ambienta en Cadaqués, donde la protagonista ha veraneado desde la infancia y uno de los aciertos de Milena Busquets es trasladarnos todo el paisaje, las sensaciones y olores de un pueblo costero mediterráneo. Prácticamente sentimos la sal de mar y la arena de la playa pegadas en nuestra piel y podemos quedarnos embriagados mirando a ese mar al que Blanca acude para aliviar su pesadumbre.

Además, el libro gana enteros a la hora de explicar la pesadumbre y la desorientación que sentimos ante una pérdida de tal calibre. La autora escribe desde dentro y nos identificamos plenamente con una Blanca hecha jirones y buscando algún faro que la saque de la tormenta donde habita desde  el fatal acontecimiento. La novela se nos presenta humana, cercana y sensible, sin caer en un exceso de sentimentalismo o tragedia.

En definitiva, Milena Busquets demuestra buenas maneras con este libro aunque el resultado final no sea redondo.

A destacar.

La profundidad que alcanza en algunos momentos.

Cadaqués. Un pueblo que se transforma en un estado de ánimo.




miércoles, 8 de abril de 2015



La pequeña comunista que no sonreía nunca
Lola Lafon. Editorial Anagrama. 288 páginas.

Más rápido, más alto, más fuerte

¿De qué están hechas esas personas que consiguen realizar una hazaña deportiva  perfecta? ¿Son iguales que nosotros? ¿Qué hacen para conseguir ese punto diferenciador? ¿Por qué encandilan sus gestas a tanta gente? Todas estas preguntas suponen el punto de partida del libro de Lola Lafon.

La obra se centra en Nadia Comaneci, una de las gimnastas más importantes de la historia. Con sólo 13 años consiguió en unos Juegos Olímpicos el primer 10 de la historia de la gimnasia y se metió en el bolsillo al mundo entero con sus acrobacias imposibles ejecutadas de una manera sencillamente bella e impresionante.

Lola Lafon intenta explicar qué hay detrás de esa imagen pública de triunfadora y niña prodigio de la protagonista de la novela. Lo hace narrando los hechos más trascendentes de la vida de la gimnasta rumana y poniendo voz a lo que dijeron los personajes que participaron en ellos. Nadia se convertirá de la noche a la mañana en una niña venerada y exigida por todo el mundo, que se ve obligada a prescindir de su infancia y adolescencia, sacrificadas por la competición deportiva y por el hecho de ser el icono de la dictadura de Ceacescu.

El lector deberá asistir y reflexionar sobre el camino que le llevó al éxito: dietas que se quedan a dos pasos de la anorexia, lesiones constantes que afectan al crecimiento y normal desarrollo de las niñas, tratamientos médicos para neutralizar o retrasar el máximo de tiempo la regla… ¿El fin justifica los medios?¿ Prima  sobre la salud de la gimnasta, el deseo y la admiración de millones de personas por ver al hada rumana hacer piruetas imposibles?

La autora quiere dejar constancia también de  las dificultades que los rumanos tenían que sortear a medida que el régimen de Ceaucescu empezó a degenerar y venirse abajo. Como la paciencia y la resignación eran las únicas armas de un pueblo que ya no creía en los ideales y las pautas que marcaba su máximo mandatario, pero que no podía rebelarse contra ellos. Convivir con el racionamiento de alimentos, la corrupción, los exámenes ginecológicos arbitrarios, el frío, la falta de medios, etc. fue un precio demasiado alto para que la sociedad rumana pudiera avanzar hacia cotas mínimamente respetables de bienestar. Pero la llegada del capitalismo tampoco fue el paraíso prometido, pues dejó a millones de personas en peores condiciones que las que tenían antes de la caída de Ceaucescu. Así pues, al final cambian las caras de los que mandan, pero no se resuelven los problemas estructurales. ¿De qué sirve poder expresarte o reunirte libremente si no tienes para comer?, se preguntan muchos.

En otro orden de cosas, el estilo de la obra  viene jalonado por las ganas y pasión que la autora ha puesto, y le permite introducirse y guiar al lector con facilidad por la Rumanía de los últimos 40 años y por el mundo de la gimnasia de élite.

Es muy interesante el recurso que muestra la autora en sus diálogos ficticios con Nadia Comaneci. En efecto, en ellos la misma autora se transforma en la Nadia actual que debe aprobar el contenido de los capítulos del libro corrigiendo, suprimiendo o añadiendo lo que estime conveniente. Así pues, esta técnica le sirve a Lola Lafon para dar una nueva perspectiva al punto de vista en el que en principio se presentan diversos temas: la sumisión del pueblo rumano, la explotación de las niñas gimnastas, el papel del entrenador de Nadia… 

En conclusión, Lafon nos ha regalado una obra que se hace fácil y entretenida al lector, sin perder por ello un ápice de profundidad y reflexión. Una gran obra.

A destacar:

Los claroscuros del comportamiento de la protagonista.

La denuncia de la hipocresía de buena parte de la sociedad occidental actual.

El retrato de la vida en la Rumanía de Ceaucescu.