Nuestro blog se ha hecho mayor y se ha convertido en web. A partir de ahora colgaré las reseñas de los libros en www.libromedelmal.es
Muchísimas gracias a todos los que habéis hecho posible este blog, Espero que la web os guste, hay nuevas secciones y nuevo diseño.
Feliz lectura a todos.
martes, 7 de julio de 2015
domingo, 28 de junio de 2015
Cómo ser marido.
Tim Dowling. Editorial
Anagrama. 298 páginas.
La vida es así, no la he inventado yo
Cuando se llega al matrimonio, se cae en la cuenta
que no nos han explicado bien cómo funciona. Como punto importante en la madurez
de las personas, el matrimonio representa lidiar con cuestiones que hasta ese
momento eran perfectas desconocidas: la relación con la familia del otro
cónyuge, la decisión de tener hijos y la adaptación a la paternidad, la lucha
por ganar el sustento económico para dos o más personas, etc.
Y
mucha gente, la referencia más viva que tiene de la institución matrimonial y
todo lo que conlleva es el “fueron felices y comieron perdices” que tanto le
gusta vender a Hollywood. Dowling coge la sierra mecánica y descuartiza trocito
a trocito esta idílica e infantil idea y es claro desde el principio: el
matrimonio es un arduo trabajo en el que vas a fracasar mucho. No hay manual de
instrucciones para su funcionamiento. No quedará otra que acudir al sistema ensayo-error
para ir avanzando en su conocimiento.
El
autor nos repite que el libro no es de autoayuda. Habla de su experiencia
personal como marido y padre de tres hijos para que el lector tome conciencia
de lo que se debe y en muchas ocasiones no se debe hacer para mantener un
vínculo matrimonial sólido. Y lo hace siempre usando el humor como hilo
conductor.
Dowling
tiene claro que solamente con los dardos del humor acertará a dar en el blanco cuando
nos hable de la masculinidad, la falta de comunicación entre cónyuges, la pérdida de seres queridos y el
crecimiento de los hijos, entre otros muchos temas. Porque el tono cómico del
libro hace que el lector se sienta identificado con las situaciones reales que
nos describe y pueda extraer sus propias conclusiones.
La
obra cuenta con pasajes divertidísimos, como cuando prueba técnicas de
acercamiento para mantener la relación en buen estado; cuando describe que una
de las tareas básicas del marido es bajar las persianas y asegurarse de cerrar
la puerta para ir a dormir o cuando pregunta a un reputado especialista en la
materia como se puede ganar una discusión con su mujer.
No
obstante, tras las gruesas capas de comedia siempre advertimos la fina textura de la investigación y los estudios que realiza
el autor. Dowling parte de la base de su propia experiencia pero trata siempre
de sustentarla con opiniones de profesionales y estudiosos.
Este
libro va a gustar a muchos porque Dowling nos demuestra que riéndonos de
nosotros mismos podemos llegar a entender la idea clave para que todo
matrimonio funcione: tomar conciencia de que el otro cónyuge por biología y
genética es diferente a nosotros pero que tenemos la capacidad y la necesidad
de superar las diferencias para crear un vínculo firme y duradero.
lunes, 22 de junio de 2015
La habitación de Nona.
Cristina Fernández Cubas. Tusquets
Editores. 192 páginas.
Puertas entreabiertas
La habitación de Nona es un libro de cuentos en el que la autora nos demuestra que domina
perfectamente la mecánica del relato corto. Los cuentos están muy bien
estructurados, la narración fluye sin cortapisas y el giro inesperado que
sorprende al lector se presenta en el momento preciso.
El
universo de Fernández Cubas puede compararse con una casa en la que hay
habitaciones correspondientes al mundo real y otras que pertenecen al mundo no real
o ficticio y siempre hay una puerta entreabierta que las une. El tránsito de un
mundo a otro se hace de manera sorprendentemente natural, sin artificios, como
cuando pasamos de una habitación a otra de la casa.
La
autora reivindica la imaginación. No obstante, a veces a sus personajes
les asalta la melancolía al regresar desde el mundo ficticio a las estancias
del mundo real y también hay otras veces que la usan para vislumbrar los
fantasmas que les acechan. Pese a todo, la imaginación es un recurso necesario
para el ser humano, ya que lo conecta directamente con la ilusión.
Hay
dos cuentos que sobresalen por encima de
la media. El primero es La habitación de
Nona, donde la autora va ensanchando y estrechando los límites de la
realidad con maestría para hacer ver al lector que el mundo ficticio puede ser
tan real como ficticia puede ser la realidad. No se puede dejar de destacar la
frase de Einstein que nos regala el cuento: “La realidad es una ilusión, aunque
muy persitente”.
El
segundo es El final de Barbro donde
hace gala de un finísimo sentido del humor para diseccionar la reacción de tres
hermanas ante la llegada de un nuevo miembro a su familia. El destino a veces es
bastante caprichoso, se presenta sin avisar y se cuela en nuestra propia casa para
agitar y poner patas arriba los lazos que
hasta ahora regían la convivencia familiar. Ante esta situación, Fernández
Cubas quiere mostrarnos como reaccionamos las personas y que recursos buscamos
para recuperar o mantener el orden que nos era más favorable.
Así
pues, este libro de cuentos es perfecto para quien quiera iniciarse o simplemente
disfrutar del arte del relato corto. Es cierto que hay unos cuentos más irregulares que otros,
pero en el balance final de la obra las
historias que componen La habitación de Nona dejan poso en el
lector. Días después de haberlas leídos vienen
a tu cabeza y no puedes evitar volver a pensar en ellas una y otra vez.
sábado, 20 de junio de 2015
Ofrenda a la tormenta.
Dolores Redondo. Editorial Destino.
440 páginas
Ofrenda a los lectores
El lector que llega a Ofrenda a la tormenta ya ha
pasado previamente por las dos anteriores entregas de la trilogía del Valle de
Baztán (El guardián invisible y Legado en
los huesos). Por tanto, ya está familiarizado con la inspectora Amaia
Salazar y su equipo de investigadores que ha de resolver casos de asesinatos de
menores ocurridos en dicho valle. Es perfecto conocedor de la idiosincrasia y
costumbres de las gentes del lugar. Se podría decir que es un lector en cierta
medida entregado: ya le ha tomado el pulso a la historia y a la manera de
narrar de la autora.
Así pues, está frotándose las manos deseoso de saber
cómo acaban las principales tramas argumentales abiertas en los dos volúmenes
anteriores, a saber: los demonios interiores de la inspectora Salazar, la
relación con sus hermanas, el enfrentamiento con fuerzas del mal que parecen ir
siempre por delante de ella, los intentos de ganarse el respeto de los miembros
de su equipo y su vida de pareja con James.
Y Dolores Redondo se pone manos a la obra y se
centra en ir contestando a todos los interrogantes, cerrando las puertas de
todas las tramas argumentales abiertas. Ya no es necesario extenderse tanto en
la ambientación o perfil psicológico de los personajes, sino que pisa el
acelerador y nos dice que nos pongamos el cinturón porque vienen curvas importantes
que harán pegarse al lector a las páginas de Ofrenda en la tormenta.
La autora conduce con mano firme siendo perfecta
conocedora de la carretera, de ahí que en líneas generales la resolución de las
tramas guarde coherencia con lo
acontecido previamente y muestre la solvencia de Redondo. No obstante, sí que
hay que indicar que quizá derrapó un poco con el tratamiento que da al
personaje de James y a la relación de pareja: había mucho más contenido que se
podía exprimir y ella tiene la habilidad para hacerlo.
En comparación con Legado en los huesos, quizá cuesta un poco más arrancar, no
obstante, se compensa con el ritmo más acelerado que imprime a la narración y
con las sorpresas que van saliendo por el camino.
En definitiva, Ofrenda
a la tormenta es un buen final que no va a defraudar a los seguidores de la
saga. Es importante resaltar que si nos hemos dejado seducir por Stieg Larsson
y su trilogía Milenium, es
obligatorio conceder una oportunidad a Redondo pues además de encontrar todo lo
que encontramos en Larsson, lo encontramos de más calidad en muchos momentos
y como añadido, podremos disfrutar del
Valle de Baztán. Al cerrar las páginas de la novela nacerá el deseo de visitar
ese lugar mágico en cuanto a belleza, folclore y quién sabe, elementos
sobrenaturales.
domingo, 7 de junio de 2015
Vida de Familia.
Akhil Sharma. Editorial Anagrama.
197 páginas
La marca de la vida
Vida de familia nos cuenta la trayectoria de una familia de la
India que se muda a Estados Unidos a finales de los años 70. La familia está
compuesta por el matrimonio y sus dos hijos varones, Ajay de 8 años y Birju de
12. La obra muestra los brutales contrastes entre la India tradicional que
dejan atrás y la sociedad americana del consumismo que les recibe. Los recién
llegados tienen que hacer un reset mental en muchos aspectos para poder
adaptarse a su nueva situación, viviendo por el camino situaciones insólitas.
Todos los sueños y esperanzas de la familia se ven
truncados por el advenimiento de una desgracia que sacude la familia y que se
centra en Birju. A partir de ahí, vemos como evolucionan los distintos
personajes para intentar sobrellevar este enorme golpe bajo que les ha atestado
la vida.
Se puede apreciar especialmente la carga
autobiográfica que desprende Vida de
familia cuando dibuja el panorama
del final de la infancia y principio de la adolescencia de Ajay, narrador y
alter ego de Sharma: ya no cuenta con la protección de su hermano mayor, vive
en una casa que a menudo se convierte en una prisión para él, asiste a una
escuela en la que se siente diferente y bastante a menudo nota clavada la
mirada de los demás niños encima.
Quizá lo más interesante de la novela sea la manera
en cómo Ajay nos habla de las desgracias, con ese distanciamiento propio de su edad
que le permite o ayuda a normalizar situaciones totalmente anormales que ningún
niño debería vivir. Y cómo encuentra su
refugio en los libros, auténticos salvavidas en el mar de las dificultades que
azotan la vida del protagonista y su familia.
Sharma intenta mezclar el drama y la comedia en esta
obra. Pero, si bien es cierto que en los
momentos dramáticos el autor consigue tocar la fibra sensible al lector, no
obtiene el mismo resultado con la comedia: cuesta conectar con alguno de los
toques de humor que introduce a lo largo de la obra. Se echa en falta un poco
más de ingenio o pasión en las situaciones cómicas y el sentido del humor está,
quizás, demasiado ceñido a la
idiosincrasia de la comunidad india, no consigue adquirir un tono más
universal.
Vida en familia consigue que veamos cómo los protagonistas luchan
contra la adversidad de la vida aunque la desigualdad de las fuerzas sea
evidente y esa lucha les pase factura de manera irremediable. No obstante, da la
impresión que al acabar la obra uno no acaba de hacer del todo suyos a los
personajes. Se echa en falta que el autor no haya dispuesto de más puentes para
acercarnos a ellos.
domingo, 31 de mayo de 2015
El imperio de Yegorov.
Manuel Moyano. Editorial Anagrama.
192 páginas
Who wants to live forever
Un libro puede gustar al lector y dotarse de
originalidad por varios motivos: las atmósferas planteadas, la cercanía que
pueda establecer con el lector, el humor, la complicidad… El imperio Yegorov llama la atención principalmente por la estructura
que nos plantea el autor. No hay una narración al uso, sino que el libro
consiste en la recopilación de diversos documentos de muy variada índole: un
diario, entrevistas, informes policiales, correspondencia, chats, emails, etc. Moyano se encarga de tejer hilos
muy finos, pero resistentes sobre los que transita la narración entre la sucesión
de textos de tan diferente índole.
No obstante, el autor ha puesto especial cuidado en
que el lector no se pierda nunca y se mantenga enganchado. Plantea la novela
como una especie de puzzle en el que el lector sabe en todo momento que al
final será capaz de unir todas las
piezas, que no habrá giros tramposos. En cierto modo, invita al lector a jugar
y a mantener la incertidumbre de una trama cuyo desenlace se va a producir en el momento justo.
No procede desvelar grandes cosas del argumento del libro,
baste indicar que arranca con un descubrimiento fortuito de unos exploradores japoneses
en una expedición efectuada en los años 70 para estudiar una tribu indígena en
Papúa Nueva Guinea. Este descubrimiento tendrá una trascendencia inimaginable
en el futuro e irá marcando el devenir, por acción u omisión, de los distintos personajes que aparecen en la
novela.
Moyano mezcla
la novela de aventuras, la ciencia ficción y el thriller haciéndose imprevisible para el
lector en todo momento, pero no lo hace con la mera intención de alardear, sino
siempre por y para el desarrollo de la
trama.
El autor tiene claro que quiere entretener, por eso
la obra está impregnada de un sentido del humor que no mueve a la risa contundente, pero que arranca
más de una sonrisa con su fina ironía. Ahora bien, el objetivo de entretener no
impide al autor poner en el punto de mira la codicia y el endiosamiento que a menudo predominan más de lo deseable en
el comportamiento del ser humano.
En definitiva, El
imperio de Yegorov no pretende ser otra cosa que una alternativa original que entretiene sin necesidad de estrujarse el cerebro, pero que deja un poso que invita
al lector a la reflexión y a pensar qué hubiera hecho si se encontrara en la
misma situación que muchos de los personajes que aparecen en la obra.
lunes, 25 de mayo de 2015
Las lecciones peligrosas.
Alissa Nutting. Editorial Anagrama.
320 páginas
Desenfreno perturbador
Atención. Este libro no es apto para todos los
lectores. He de confesar que yo nunca pensé que fuera capaz ni tan siquiera de
acabar una novela con el trasfondo del sexo entre adultos y adolescentes. Pero
en este caso, la acabas y te das cuentas de que te encuentras ante una novela
excepcional que decide abrirse camino entre los temas tabús de la sociedad: el
sexo prohibido, la falsedad e hipocresía, la frialdad emocional etc. Nutting no
se arruga y apuesta fuerte, se mete de lleno en jardines atestados de espigas
de los que consigue salir airosa sin ningún rasguño.
La autora nos presenta una protagonista con aspecto de
ángel y alma de Lucifer En efecto, Celeste Price es una profesora de instituto
de una belleza descomunal que sólo encuentra la satisfacción desde el punto de
vista sexual con los adolescentes. Celeste tiene claro cuáles son sus
necesidades y no mira si lo que hace está bien o mal: ella tiene que acallar el
fuego que le quema por dentro y solamente se puede hacer con chicos que rondan
los 14 años.
Es un gran acierto de Nutting elegir un tono
ligero y desenfadado para esta novela. Los temas que trata son de tal calibre
que no admitirían un tono más serio y profundo. En manos de cualquier otro
autor esta novela tan sumamente arriesgada bien podría haber saltado por los
aires, pero Nutting logra triunfar con una prosa afilada, sentido del humor y con una visión ácida y un tanto sarcástica de
los hechos narrados. Se podría decir que tiene un toque Tarantiniano.
No me extraña que este libro haya sido prohibido en
varios estados de Estados Unidos de América. Pero si logramos ir más allá del
fuerte contenido sexual irreverente que se nos tira a la cara y nos dejamos
llevar por su sentido del humor e impostura, encontramos que la autora consigue
una de las cosas más difíciles para todo escritor: que no te caiga nada bien su
protagonista y a la vez tenerte enganchado a sus páginas.
Hay que felicitar a Anagrama por apostar por una
obra tan peligrosa en tiempos que está tan de moda lo políticamente correcto.
La literatura debe ser también un vehículo para hablar de aquello de lo que normalmente
no se puede hablar. La buena literatura nos estimula y nos provoca, no busca el
sensacionalismo o escandalizar gratuitamente.
domingo, 17 de mayo de 2015
Sumisión
Michel Houellebecq. Editorial
Anagrama. 288 páginas
Mordiendo sin desgarrar
Houellebecq nos hace un planteamiento realmente
interesante: un partido islamista consigue por medios democráticos y legítimos
llegar al poder y una vez en él, eliminar de un plumazo dos de los pilares de
la democracia moderna: la igualdad entre sexos y la laicidad del estado. Y esto
ocurre a la vuelta de la esquina, en la Francia del año 2022. La primera pregunta
que se nos viene a la cabeza es la eterna duda de filosofía política: ¿debe la
democracia usar medios no democráticos para acabar con aquellos que la ponen en
peligro aunque hayan accedido al poder por medio totalmente legítimos?
El autor nos da la respuesta servida en bandeja: no
es necesario porque nadie haría nada. En efecto, pone el dedo en la llaga al
apuntar que la sociedad actual dejaría, sin lugar a dudas, que un partido
desmontara los pilares de la democracia
ya que el individualismo liberal ha hecho que acabe hastiada de sí misma. Solamente tenemos que fijarnos en el ejemplo del
protagonista, François: un intelectual que lleva una vida monótona y
aburrida en la que poco a poco va perdiendo el contacto con sus semejantes. Es
una persona que va a lo cómodo, a no
complicarse la vida. El problema es que cuando la comodidad prima en nuestras
vidas, viene de su mano el pasotismo y la
falta de ilusión y solidaridad. Si no hay pasión ni ganas de emprender nuevos
retos, nos convertimos en autómatas que solamente contemplan como van pasando
los días sin más. De tanto mirarse el ombligo, no es capaz de levantar la
cabeza para entender realmente lo que pasa más allá de sus narices.
Houellebecq nos pone el espejo delante y nos obliga a
mirarnos cara a cara con nuestros defectos como sociedad. Hinca el diente, qué
duda cabe, pero a la hora de la verdad, su mordisco no consigue tener la fuerza
suficiente que apuntaba. Y ello es debido a que en la segunda parte del libro
se centra demasiado en la vida intelectual del protagonista, consagrada al
estudio de uno de los clásicos de la literatura francesa. En esta segunda
mitad, la novela va alternándose entre el ámbito de la reflexión del pensamiento
político y social, donde gana enteros, a terrenos intelectuales elitistas de
marcado acento francés donde pierde interés. Parece que el autor deja un poco de lado el afán de
universalidad con el que emprendió la
novela.
En conjunto y pese a sus defectos, nos encontramos ante
una novela que nos va a hacer pensar, que es exigente con el lector aunque sea
de lectura fácil. Creo que sí consigue el que quizá sea uno de los principales
objetivos de todo intelectual humanista: que la sociedad tome conciencia de sus
defectos para poder mejorar como tal. Y eso ya es mucho.
miércoles, 13 de mayo de 2015
Legado en los huesos.
Dolores Redondo. Editorial Destino.
540 páginas
Segundas partes que sí son buenas
Las buenas sensaciones que Dolores Redondo nos dejó en El guardián invisible se ven
confirmadas e incluso superadas en la segunda novela de la trilogía del Valle
de Baztán (Navarra). En efecto, en Legado en los huesos se ve a Redondo más suelta, conduciendo de manera
eficaz una trama más compleja y por ello más rica que la que había en la
entrega anterior.
El arranque de la novela es muy bueno ya que nos sumerge de lleno en la maternidad
de la protagonista, la inspectora Amaia Salazar, y lo que ello conlleva: noches
sin dormir, trato con suegros que tienden a entrometerse más de la cuenta,
prisas, estrés… Redondo transmite con sumo acierto la complejidad de las emociones y reacciones de la mujer que acaba de ser madre. Cómo esas emociones ponen patas arriba a una persona racional y ecuánime. Cómo le llevan en algunas ocasiones a sentirse una inútil y ser injusta consigo misma y en otras a
pasarse de frenada y pagar los platos rotos con su pareja, James. Cualquiera
que se haya visto en esas lides sabrá perfectamente de que hablo.
Como
seguro sabrá que la felicidad que da un hijo no se puede comparar con
absolutamente nada de este mundo. Y ella y James la están disfrutando. En esta
situación de cambio y adaptación es donde se encuentra la protagonista cuando
vuelve a toparse con el caso de un
asesino en serie despiadado que siempre parece ir un paso por delante de la
policía.
En
este segundo episodio también aparecen
elementos sobrenaturales a los que tiene que enfrentarse la inspectora. En
comparación con El guardián invisible
estos elementos están mejor engarzados con la trama puramente policial y por
eso la dotan de mayor consistencia y empaque.
En
conclusión, Legado en los huesos
nos ofrece una adecuada evolución de los personajes y las situaciones apuntadas
en El guardian invisible. La lectura
sigue siendo dinámica y entretenida. Y también
vuelve a aparecer la sensación de que la autora sigue guardándose ases
en la manga que, espero, desvelará definitivamente en la tercera entrega de la
serie.
martes, 5 de mayo de 2015
El guardián invisible
Dolores Redondo. 440 páginas.
Editorial Destino.
Lo que el ojo no ve
El
guardián invisible es el primer libro de la trilogía de novela negra creada por
Dolores Redondo. Esta trilogía está ambientada
en el Valle de Baztán (Navarra) y protagonizada por la inspectora de la policía
foral Navarra, Amaia Salazar.
Pienso
que en una novela negra son menos importantes la narración de los crímenes
cometidos y de los pasos que da el investigador de turno para resolverlos que
las otras cosas que nos quiere contar el autor: la ambientación, la vida
privada del investigador principal, las familias de las víctimas, las
costumbres del lugar donde el crimen ha sucedido, el impacto de los crímenes en
la comunidad, etc. Estos aspectos secundarios son los que para mi dan vida a
una novela negra y nos permiten calibrar
su calidad.
Se
nota que Dolores Redondo ha hecho un esfuerzo por cuidar estos aspectos
secundarios. El Valle de Baztán se nos presenta como un lugar con una magia
especial, dónde hay mucho que no puede explicar la razón, sino las leyendas
y el folclore. Precisamente uno de los
puntos fuertes de la novela es la lucha o contraposición entre razón y mito. La
autora nos recuerda que la mitología es la herramienta primigenia para explicar
el mundo, de ahí que cuando nos fallan los medios actuales modernos y
científicos siempre volvemos al remedio popular que no tiene base científica
alguna, pero que ha sido usado generación tras generación.
A lo
largo de la obra, Amaia se va viendo
obligada a admitir que realidad y leyenda se entremezclan desde siempre y la
mejor manera de explicar la primera es reconocer en ella las influencias de la
segunda.
Redondo
ha construido una novela de fácil lectura, cuya pretensión es entretener al
lector sin dar giros estrambóticos en la trama o poner trampas a la hora de
mostrarnos el culpable o culpables de los crímenes.
Otro
acierto de la autora es la manera en que nos hace ver la presión que soporta
Amaia intentando ser ella misma en todas las facetas de su vida. Es una
inspectora de éxito en un mundo tradicionalmente masculino, en la que algunos
ponen en entredicho su valía por ser mujer. En el ámbito familiar tiene dos
hermanas mayores, una de las cuales le hace de menos cada vez que puede. En el
terreno sentimental, tiene una relación
estable y satisfactoria pero que se encuentra ante un reto que los dos afrontan
de diferente manera. Y por si fuera poco, al regresar a su pueblo natal para
resolver los crímenes debe enfrentarse a fantasmas del pasado que estaban en lo
más recóndito de su mente y que vuelven para atormentarla. No podemos evitar
sentirnos identificados con Amaia al verla realizar auténticos equilibrismos
para que cada parcela de su vida se mantenga en sus márgenes y no invada a las
otras.
Tras
acabar la lectura de El guardián
invisible queda cierta sensación de
que es el inicio de algo no acabado aún. Da la impresión que la autora no
ha acabado de poner toda la carne en el asador, que todavía puede profundizar aún más en el perfil psicológico
de los personajes y en las relaciones sociales que mantienen en el ámbito de
una comunidad pequeña y muy arraigada a las tradiciones, que son los aspectos
que más me han gustado de la novela. Inmediatamente voy a comenzar el segundo
libro de la trilogía El legado de los
huesos para salir de dudas y confirmar que las buenas sensaciones dejadas
en la primera aumentan con el segundo libro.
En
definitiva, nos hallamos ante una obra recomendable si queremos una lectura
fácil y sin complicaciones que nos entretenga y que apunta buenas
posibilidades para posteriores entregas.
domingo, 26 de abril de 2015
La muerte del padre. Mi lucha: 1
Karl Ove Knausgard. Editorial
Anagrama. 504 páginas.
Ice, ice, baby
Karl
Ove Knausgard ha realizado algo poco común en la literatura actual: nos cuenta
su propia vida sin tapujos. Ha tardado tres años en escribir seis libros que nos
relatan su vida, pero proporcionando todo lujo de detalles y con una visión
dura, crítica y poco complaciente sobre sí mismo y sobre los que le rodean. La muerte del padre es el primer volumen de los seis.
La
trama argumental de este primer volumen gira en torno a dos grandes ejes, el
primero es la figura de su padre, una persona en constante conflicto consigo
misma que se comporta de manera anárquica y un tanto arisca con sus hijos, que
se aísla y huye de su responsabilidad mayor: criar a sus hijos dotándoles de la
seguridad en sí mismo necesaria para que puedan ser felices el día de mañana.
El segundo eje es la adolescencia del autor. En él nos acerca a sus amigos, nos
habla de su inmadurez en el instituto, de sus gustos musicales y literarios, nos
relata sus primeros enamoramientos y su iniciación a la bebida. El autor nos
hace ver que la frialdad y el desinterés de su padre le condiciona enormemente su manera de
enfrentarse a la adolescencia y también el carácter y forma de pensar que tiene
en la edad adulta.
Knausdard
tiene una prosa fría, distante y directa, que huye de las florituras. Ahora
bien, lo que no acabo de entender es por qué la utiliza continuamente para
explicar acciones cotidianas que son secundarias y prescindibles para la acción
de la novela. Por ejemplo, si se está haciendo un té nos explica desde cuando
pone el agua en la tetera hasta que se toma el té sin saltar ninguno de los
pasos previos y mostrando hasta el más mínimo detalle. Esto hace que el lector
se sienta perdido a veces entre esa maraña de actos cotidianos sin encontrar el
hilo de lo que Knausgard quiere contar realmente y por tanto, le resulte difícil
poder engancharse al libro.
La
conciencia que Karl Ove tiene de sí mismo y su relación con el resto de personajes está definida por la
frialdad. No hay el más mínimo atisbo de pasión o fuerza interior positiva en
las relaciones familiares del autor y el resto de miembros de su familia. Todo está
marcado por una educación que enmascara los sentimientos y verdaderas
necesidades de las personas. Y esa manera de actuar ha dado lugar a un adulto
que a veces puede parecer un auténtico inmaduro a los ojos de los lectores.
En efecto,
en una de sus reflexiones colaterales sobre su familia actual, el autor nos
cuenta con pesadumbre que su mujer y sus hijos pequeños suponen para él un
auténtico engorro a la hora de escribir y que, por consiguiente, lo alejan de
su sueño de ser un gran escritor. Me dejó de piedra esta reflexión Me entraron
ganas de preguntarle: ¿y entonces por qué tuviste hijos y formaste una familia?,
¿se supone que debemos sentir lástima por ti?
Aunque
no he sido capaz de engancharme con la novela, sí que tengo que reconocer que
hay pasajes de una calidad muy alta, donde su ejercicio de introspección puede
ser trasladable a todos nosotros, por ejemplo, cuando habla de su primer
enamoramiento.
No
obstante, me pregunto por qué estos pasajes no han sido el motor del libro. Por
qué priman más las constantes reflexiones y digresiones dando vueltas en
círculo a muchos temas y por qué las salpica con la explicación detallada de
multitud de actos cotidianos que no vienen a cuento. Esta manera de encarar la
novela hace que el ritmo de la obra se haga muy lento y pesado, dando pie a que
el lector se rinda y la abandone.
En
cierto modo, Karl Ove Knausgard no tiene tintas medias: o te encanta o lo
odias. Tengo que reconocer que yo tengo serias dudas sobre si seguiré leyendo
el segundo volumen de sus obras. Me he quedado un poco empachado de su vida.
martes, 21 de abril de 2015
Música para feos.
Lorenzo Silva. Editorial Destino. 268 páginas.
Bravo por la música
Tengo que confesar que Lorenzo Silva es una de mis debilidades. Lo descubrí por pura casualidad allá por el año 2001 cuando me llamó la atención el título de un libro suyo: El alquimista impaciente. Protagonizado por una pareja de Guardia Civiles ofrecía una visión realista y cercana del trabajo de investigación que realizan. Después con los años, esta pareja se convirtió en una de las más famosas del género negro en España, pero no hay que olvidar que también ha publicado otros títulos muy interesantes lejos de la novela negra o criminal. El ejemplo más destacable puede ser El blog del inquisidor.
En Música para feos Silva nos muestra las etapas de una relación amorosa entre dos personas a priori dispares por la diferencia de edad y circunstancias. El lector asiste al romance desde sus inicios, desde el mismo momento en que surge la chispa entre los protagonistas y todo lo que conlleva: el paso inicial de la inseguridad a la euforia, las mariposas en el estómago ante la perspectiva de una nueva cita, los misterios a descubrir en el ser amado… A partir de ahí, verá cómo evoluciona la relación y la huella que va dejando en los dos personajes.
La prosa es fluida y ágil, y permite que las páginas vayan pasando casi sin darse cuenta. Aparecen diálogos via Skype o via whatsapp que acercan la obra a la realidad de la comunicación de nuestro tiempo. No obstante, el punto más destacable en cuanto a estilo es el uso que da a la música. Silva quiere explicarnos la historia de amor a partir de las canciones que escuchan y se intercambian los personajes. Son el indicador del momento y el estado de ánimo de los protagonistas y permite conectarlos con los lectores de un modo casi automático. En efecto, en el terreno sentimental una canción puede valer más que mil palabras. Los lectores pueden disfrutar a través de Spotify de la lista de canciones que el autor nos ofrece. Y es toda una invitación a pensar en las canciones que para el lector pusieron la banda sonora al amor o amores de su vida.
Esta novela, cómo casi todas las de Silva, está protagonizada por buenas personas en el mejor sentido de la palabra: aquellas a las que no les gustan muchas cosas del mundo que les rodea pero que tratan de jugar la partida de la vida lo mejor posible con las cartas que les han tocado, sin pretender mejorar su situación a costa de pisotear a otros. Saben que la felicidad se encuentra en las pequeñas cosas que pueden pasar desapercibidas: un paseo por el parque, un café a media tarde, una conversación profunda… Y son gente que no renuncia a la distancia que les resta para alcanzar sus sueños, pues esta distancia no es más que la confirmación de que estar vivo supone tratar de dar un paso más hacia la búsqueda de los mismos.
Además, a través de la historia de amor, Silva aborda una temática que no se desvelará en esta reseña y en la que casi todo el mundo pasa de puntillas o no quiere ver. El autor quiere ponerla delante de nuestras caras para que reflexionemos y la tengamos presente.
Este libro se lo recomendaría a todo aquel que alguna vez haya estado enamorado y le hayan correspondido. Prácticamente el 100% de la población humana. Sus palabras son música que nos traslada a los mejor de nosotros mismos.
A destacar.
La conexión con las situaciones y emociones que viven los protagonistas.
La capacidad para tocar la fibra del lector sin caer en sentimentalismo barato.
Que es recomendable para todo el mundo
domingo, 12 de abril de 2015
También esto pasará.
Milena Busquets. Editorial
Anagrama. 176 páginas.
Afrontar la pérdida
Tenía
curiosidad por llegar a esta novela, ya que se está convirtiendo en todo un
fenómeno editorial y está teniendo el reconocimiento y admiración de muchos lectores.
Hace
tiempo leí que lo peor que nos puede pasar en vida no es nuestra propia muerte
puesto que cuando llega no tenemos capacidad para sentirla, lo peor es la muerte de nuestros seres
queridos pues una parte de nosotros muere con ellos y tenemos que seguir
viviendo con ese lastre durante el resto de nuestros días.
Y es en estos
terrenos donde se mueve También
esto pasará.. Milena Busquets trata de explicarnos qué secuelas
nos deja la pérdida de un ser querido y cómo tratamos de reinventarnos para
superarlas o al menos sobrellevarlas de la mejor manera posible.
Blanca,
la protagonista, tiene una vida en la
que prima la ligereza. Nos hace toda una declaración de intenciones al decir
que “la ligereza es una forma de elegancia. Vivir con ligereza y alegría es
dificilísimo”. Y las consecuencias de esta manera de vivir llegados a la
cuarentena es la inestabilidad sentimental, amigos que siguen viviendo como si
tuvieran 20 años, incertidumbre laboral. En ciertos pasajes de la novela parece
que Blanca y sus amigas son las chicas de Sexo en Nueva York veraneando en
Cadaqués.
Bajo
estas premisas, la pérdida del referente materno supone dejar todavía más al
descubierto todo lo que está por hacer y no se ha hecho. El tiempo pasa y hay que ir adaptándose a
cada nueva etapa de la vida.
El
principal problema de la novela es, precisamente, su protagonista. La autora
quiere mostrarnos el camino para transitar este periodo difícil, pero no parece
que su personaje tenga suficiente empaque como para recorrerlo. Una persona de
40 años que se comporta en muchos casos como una adolescente no está preparada
para asimilar toda una lección de vida que es la pérdida de nuestros padres. Llegados
a los 40, Blanca no puede hacer las
mismas cosas que hacía a los 20, por mucho que nos sintamos perdidos y
huérfanos en la vida.
La
novela se ambienta en Cadaqués, donde la protagonista ha veraneado desde la
infancia y uno de los aciertos de Milena Busquets es trasladarnos todo el
paisaje, las sensaciones y olores de un pueblo costero mediterráneo.
Prácticamente sentimos la sal de mar y la arena de la playa pegadas en nuestra
piel y podemos quedarnos embriagados mirando a ese mar al
que Blanca acude para aliviar su pesadumbre.
Además,
el libro gana enteros a la hora de explicar la pesadumbre y la desorientación
que sentimos ante una pérdida de tal calibre. La autora escribe desde dentro y nos
identificamos plenamente con una Blanca hecha jirones y buscando algún faro que
la saque de la tormenta donde habita desde
el fatal acontecimiento. La novela se nos presenta humana, cercana y
sensible, sin caer en un exceso de sentimentalismo o tragedia.
En
definitiva, Milena Busquets demuestra buenas maneras con este libro aunque el
resultado final no sea redondo.
A destacar.
La
profundidad que alcanza en algunos momentos.
Cadaqués.
Un pueblo que se transforma en un estado de ánimo.
miércoles, 8 de abril de 2015
La pequeña comunista que no sonreía nunca
Lola Lafon. Editorial
Anagrama. 288 páginas.
Más rápido, más alto, más fuerte
¿De qué están hechas esas personas que consiguen
realizar una hazaña deportiva perfecta? ¿Son
iguales que nosotros? ¿Qué hacen para conseguir ese punto diferenciador? ¿Por
qué encandilan sus gestas a tanta gente? Todas estas preguntas suponen el punto
de partida del libro de Lola Lafon.
La obra se centra en Nadia Comaneci, una de las
gimnastas más importantes de la historia. Con sólo 13 años consiguió en unos
Juegos Olímpicos el primer 10 de la historia de la gimnasia y se metió en el
bolsillo al mundo entero con sus acrobacias imposibles ejecutadas de una manera
sencillamente bella e impresionante.
Lola Lafon intenta explicar qué hay detrás de esa
imagen pública de triunfadora y niña prodigio de la protagonista de la novela.
Lo hace narrando los hechos más trascendentes de la vida de la gimnasta rumana y
poniendo voz a lo que dijeron los personajes que participaron en ellos. Nadia se convertirá de la noche a la mañana en una niña
venerada y exigida por todo el mundo, que se ve obligada a prescindir de su
infancia y adolescencia, sacrificadas por la competición deportiva y por el hecho
de ser el icono de la dictadura de Ceacescu.
El lector deberá asistir y reflexionar sobre el camino
que le llevó al éxito: dietas que se quedan a dos pasos de la anorexia,
lesiones constantes que afectan al crecimiento y normal desarrollo de las
niñas, tratamientos médicos para neutralizar o retrasar el máximo de tiempo la
regla… ¿El fin justifica los medios?¿ Prima sobre la salud de la gimnasta, el deseo y la
admiración de millones de personas por ver al hada rumana hacer piruetas
imposibles?
La autora quiere dejar constancia también de las dificultades que los rumanos tenían que
sortear a medida que el régimen de Ceaucescu empezó a degenerar y venirse
abajo. Como la paciencia y la resignación eran las únicas armas de un pueblo
que ya no creía en los ideales y las pautas que marcaba su máximo mandatario,
pero que no podía rebelarse contra ellos. Convivir con el racionamiento de
alimentos, la corrupción, los exámenes ginecológicos arbitrarios, el frío, la
falta de medios, etc. fue un precio demasiado alto para que la sociedad rumana
pudiera avanzar hacia cotas mínimamente respetables de bienestar. Pero la llegada del capitalismo tampoco fue el paraíso
prometido, pues dejó a millones de personas en peores condiciones que las que
tenían antes de la caída de Ceaucescu. Así pues, al final cambian las caras de
los que mandan, pero no se resuelven los problemas estructurales. ¿De qué sirve
poder expresarte o reunirte libremente si no tienes para comer?, se preguntan
muchos.
En otro orden de cosas, el estilo de la obra viene jalonado por las ganas y pasión que la
autora ha puesto, y le permite introducirse y guiar al lector con facilidad por
la Rumanía de los últimos 40 años y por el mundo de la gimnasia de élite.
Es muy interesante el recurso que muestra la autora en
sus diálogos ficticios con Nadia Comaneci. En efecto, en ellos la misma autora se
transforma en la Nadia actual que debe aprobar el contenido de los capítulos
del libro corrigiendo, suprimiendo o añadiendo lo que estime conveniente. Así
pues, esta técnica le sirve a Lola Lafon para dar una nueva perspectiva al
punto de vista en el que en principio se presentan diversos temas: la sumisión
del pueblo rumano, la explotación de las niñas gimnastas, el papel del
entrenador de Nadia…
En conclusión, Lafon nos ha regalado una obra que se
hace fácil y entretenida al lector, sin perder por ello un ápice de profundidad
y reflexión. Una gran obra.
A destacar:
Los claroscuros del comportamiento de la
protagonista.
La denuncia de la hipocresía de buena parte de la
sociedad occidental actual.
El retrato de la vida en la Rumanía de Ceaucescu.
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