El nombre del viento.
Patrick Rothfuss. Plaza y Janés Editores. 2011.880
páginas.
Aventuras para todos
Hay que empezar señalando que el que escribe no
presenta especial predilección por las lecturas de fantasía. Los intentos por
engancharme al género no han dado buen resultado. No conseguí pasar más de 100
páginas de El señor de los anillos y
la lectura del primer volumen de la serie Juego
de Tronos me dejó más bien frío.
No obstante, tengo que decir que la dinámica ha
cambiado con El nombre del viento. He
disfrutado con la lectura y en el futuro leeré la segunda parte: El temor de un hombre sabio.
El libro nos explica como el protagonista Kvothe
relata su autobiografía cubriendo los periodos que van desde su infancia como artista ambulante
hasta su periodo en la Universidad. Está ambientado en una época que podríamos
definir como una Edad Media imaginaria.
Es muy destacable reseñar que el autor ha creado
todo un universo en el cual se mueven los personajes y lo traslada de manera
brillante a las páginas. En efecto, el autor nos va explicando las pautas de
comportamiento de la sociedad, los diferentes estatus entre los profesores y
aprendices de la Universidad, las medidas del tiempo, el lenguaje… y lo va
haciendo de una manera sencilla y
agradable.
Es cierto que estamos ante un libro extenso, pero no
puede haber pocas páginas si queremos introducir al lector en el universo
creado por Rothfuss. Las explicaciones y descripciones no pecan de excesivas,
están siempre al servicio de la acción, presente o futura. En efecto, a veces
se nos habla de cosas que en principio no afectan a la acción directa, pero que
son necesarias para entender lo que sucede después.
Por tanto, una vez hecha la presentación de la vida
ambulante de Kvothe, empiezan las aventuras y aquí hay de todo: villanos con
poderes sobrenaturales, enemigos acérrimos, instrumentos prodigiosos, damas que
derrumbarían el corazón del caballero más apuesto, sabios chiflados, poderes
mágicos al servicio de unos pocos, etc.
La parte más entretenida del libro es el tiempo que
el protagonista pasa en la Universidad. Se nota que Rothfuss ha vivido la vida
universitaria y se lo pasó más que bien. El ritmo se acelera, se abren
diferentes tramas argumentales y el autor nos va pasando de unas a otras, de
manera que algunas se complementan y convergen. Siempre le queda al lector el
deseo de saber más tras cada capítulo.
La obra está impregnada de un amor por los libros y
el conocimiento. No en balde, el principal motivo de Kvothe para ir a la
Universidad es acceder a su Archivo, la gran biblitoeca dónde se guardan miles
de libros.
En conclusión, estamos ante una obra que puede calar
en cualquier lector, ya que su imaginación y fantasía vienen acompañadas por un
lenguaje sencillo de entender y una buena agilidad en las tramas propuestas.
Puntos a favor:
El imaginativo universo de Rothfuss.
La cercanía y normalidad con la que trata la magia y
lo sobrenatural.
Los pasajes de la vida universitaria, una delicia.
Puntos en contra
El primer tramo de la novela en el que nos presenta
al personaje puede resultar un pelín largo.
Que sea tratado como un simple best seller.