domingo, 26 de abril de 2015





La muerte del padre. Mi lucha: 1
Karl Ove Knausgard. Editorial Anagrama. 504 páginas.

Ice, ice, baby

Karl Ove Knausgard ha realizado algo poco común en la literatura actual: nos cuenta su propia vida sin tapujos. Ha tardado tres años en escribir seis libros que nos relatan su vida, pero proporcionando todo lujo de detalles y con una visión dura, crítica y poco complaciente sobre sí mismo y sobre los que le rodean. La muerte del padre es el primer volumen de los seis.

La trama argumental de este primer volumen gira en torno a dos grandes ejes, el primero es la figura de su padre, una persona en constante conflicto consigo misma que se comporta de manera anárquica y un tanto arisca con sus hijos, que se aísla y huye de su responsabilidad mayor: criar a sus hijos dotándoles de la seguridad en sí mismo necesaria para que puedan ser felices el día de mañana. El segundo eje es la adolescencia del autor. En él nos acerca a sus amigos, nos habla de su inmadurez en el instituto, de sus gustos musicales y literarios, nos relata sus primeros enamoramientos y su iniciación a la bebida. El autor nos hace ver que la frialdad y el desinterés de su padre le  condiciona enormemente su manera de enfrentarse a la adolescencia y también el carácter y forma de pensar que tiene en la edad adulta.


Knausdard tiene una prosa fría, distante y directa, que huye de las florituras. Ahora bien, lo que no acabo de entender es por qué la utiliza continuamente para explicar acciones cotidianas que son secundarias y prescindibles para la acción de la novela. Por ejemplo, si se está haciendo un té nos explica desde cuando pone el agua en la tetera hasta que se toma el té sin saltar ninguno de los pasos previos y mostrando hasta el más mínimo detalle. Esto hace que el lector se sienta perdido a veces entre esa maraña de actos cotidianos sin encontrar el hilo de lo que Knausgard quiere contar realmente y por tanto, le resulte difícil poder engancharse al libro.


La conciencia que Karl Ove tiene de sí mismo y su relación  con el resto de personajes está definida por la frialdad. No hay el más mínimo atisbo de pasión o fuerza interior positiva en las relaciones familiares del autor y el resto de miembros de su familia. Todo está marcado por una educación que enmascara los sentimientos y verdaderas necesidades de las personas. Y esa manera de actuar ha dado lugar a un adulto que a veces puede parecer un auténtico inmaduro a los ojos de los lectores.


En efecto, en una de sus reflexiones colaterales sobre su familia actual, el autor nos cuenta con pesadumbre que su mujer y sus hijos pequeños suponen para él un auténtico engorro a la hora de escribir y que, por consiguiente, lo alejan de su sueño de ser un gran escritor. Me dejó de piedra esta reflexión Me entraron ganas de preguntarle: ¿y entonces por qué tuviste hijos y formaste una familia?, ¿se supone que debemos sentir lástima por ti?

Aunque no he sido capaz de engancharme con la novela, sí que tengo que reconocer que hay pasajes de una calidad muy alta, donde su ejercicio de introspección puede ser trasladable a todos nosotros, por ejemplo, cuando habla de su primer enamoramiento.


No obstante, me pregunto por qué estos pasajes no han sido el motor del libro. Por qué priman más las constantes reflexiones y digresiones dando vueltas en círculo a muchos temas y por qué las salpica con la explicación detallada de multitud de actos cotidianos que no vienen a cuento. Esta manera de encarar la novela hace que el ritmo de la obra se haga muy lento y pesado, dando pie a que el lector se rinda y la abandone.


En cierto modo, Karl Ove Knausgard no tiene tintas medias: o te encanta o lo odias. Tengo que reconocer que yo tengo serias dudas sobre si seguiré leyendo el segundo volumen de sus obras. Me he quedado un poco empachado de su vida.



martes, 21 de abril de 2015




Música para feos.
Lorenzo Silva. Editorial Destino. 268 páginas.

Bravo por la música

Tengo que confesar que Lorenzo Silva es una de mis debilidades. Lo descubrí por pura casualidad allá por el año 2001  cuando me llamó la atención el título de un libro suyo: El alquimista impaciente. Protagonizado por una pareja de Guardia Civiles  ofrecía una visión realista y cercana del trabajo de investigación que realizan. Después con los años, esta pareja se convirtió en una de las más famosas del género negro en España, pero no hay que olvidar que también ha publicado otros títulos muy interesantes lejos de la novela negra o criminal. El ejemplo más destacable puede ser El blog del inquisidor.


En Música para feos Silva nos muestra las etapas de una relación amorosa entre dos personas a priori dispares por la diferencia de edad y circunstancias. El lector asiste al romance desde sus inicios,  desde el mismo  momento en que surge la chispa entre los protagonistas y todo lo que conlleva: el paso inicial de la inseguridad a la euforia, las mariposas en el estómago ante la perspectiva de una nueva cita, los misterios a descubrir en el ser amado… A partir de ahí, verá cómo evoluciona la relación y la huella que va dejando en los dos personajes.


La prosa es fluida y ágil, y permite que  las páginas vayan pasando casi sin darse cuenta. Aparecen  diálogos via Skype o via whatsapp que acercan la obra a la realidad de la comunicación de nuestro tiempo. No obstante, el punto más destacable en cuanto a estilo es el uso que da a la música. Silva quiere explicarnos la historia de amor a partir de las canciones que escuchan y se intercambian los personajes. Son el indicador del momento y el estado de ánimo de los protagonistas y permite conectarlos con los lectores de un modo casi automático. En efecto, en el terreno sentimental una canción puede valer más que mil palabras. Los lectores pueden disfrutar a través de  Spotify de la lista de canciones que el autor nos ofrece. Y es toda una invitación a pensar en las canciones que para el lector pusieron la banda sonora al amor o amores de su vida.


Esta novela, cómo casi todas las de Silva, está protagonizada por buenas personas en el mejor sentido de la palabra: aquellas a  las que no les gustan muchas cosas del mundo que les rodea pero que tratan de jugar la partida de la vida lo mejor posible con las cartas que les han tocado, sin pretender mejorar su situación a costa de pisotear a otros. Saben  que la  felicidad se encuentra en las pequeñas cosas que pueden pasar desapercibidas: un paseo por el parque, un café a media tarde, una conversación profunda… Y son gente que no renuncia a la distancia que les resta para alcanzar sus sueños, pues esta distancia no es más que la confirmación de que estar vivo supone tratar de dar un paso más hacia la búsqueda de los mismos.


Además, a través de la historia de amor, Silva aborda una temática que no se desvelará en esta reseña y  en la que casi todo el mundo pasa de puntillas o no quiere ver. El autor quiere ponerla delante de nuestras caras para que reflexionemos y la tengamos presente.


Este libro se lo recomendaría a todo aquel que alguna vez haya estado enamorado y le hayan correspondido. Prácticamente el 100% de la población humana. Sus palabras son música que nos traslada a los mejor de nosotros mismos.


A destacar.
La conexión con las situaciones y emociones que viven los protagonistas.
La capacidad para tocar la fibra del lector sin caer en sentimentalismo barato.
Que es recomendable para todo el mundo

domingo, 12 de abril de 2015




También esto pasará.
Milena Busquets. Editorial Anagrama. 176 páginas.

Afrontar la pérdida

Tenía curiosidad por llegar a esta novela, ya que se está convirtiendo en todo un fenómeno editorial y está teniendo el reconocimiento y admiración de muchos lectores.

Hace tiempo leí que lo peor que nos puede pasar en vida no es nuestra propia muerte puesto que cuando llega no tenemos capacidad para sentirla,  lo peor es la muerte de nuestros seres queridos pues una parte de nosotros muere con ellos y tenemos que seguir viviendo con ese lastre durante el resto de nuestros días. 

Y es en estos terrenos donde se mueve También esto pasará.. Milena Busquets trata de explicarnos qué secuelas nos deja la pérdida de un ser querido y cómo tratamos de reinventarnos para superarlas o al menos sobrellevarlas de la mejor manera posible.

Blanca, la protagonista,  tiene una vida en la que prima la ligereza. Nos hace toda una declaración de intenciones al decir que “la ligereza es una forma de elegancia. Vivir con ligereza y alegría es dificilísimo”. Y las consecuencias de esta manera de vivir llegados a la cuarentena es la inestabilidad sentimental, amigos que siguen viviendo como si tuvieran 20 años, incertidumbre laboral. En ciertos pasajes de la novela parece que Blanca y sus amigas son las chicas de Sexo en Nueva York veraneando en Cadaqués.

Bajo estas premisas, la pérdida del referente materno supone dejar todavía más al descubierto todo lo que está por hacer y no se ha hecho.  El tiempo pasa y hay que ir adaptándose a cada nueva etapa de la vida.

El principal problema de la novela es, precisamente, su protagonista. La autora quiere mostrarnos el camino para transitar este periodo difícil, pero no parece que su personaje tenga suficiente empaque como para recorrerlo. Una persona de 40 años que se comporta en muchos casos como una adolescente no está preparada para asimilar toda una lección de vida que es la pérdida de nuestros padres. Llegados a los 40, Blanca no  puede hacer las mismas cosas que hacía a los 20, por mucho que nos sintamos perdidos y huérfanos en la vida.

La novela se ambienta en Cadaqués, donde la protagonista ha veraneado desde la infancia y uno de los aciertos de Milena Busquets es trasladarnos todo el paisaje, las sensaciones y olores de un pueblo costero mediterráneo. Prácticamente sentimos la sal de mar y la arena de la playa pegadas en nuestra piel y podemos quedarnos embriagados mirando a ese mar al que Blanca acude para aliviar su pesadumbre.

Además, el libro gana enteros a la hora de explicar la pesadumbre y la desorientación que sentimos ante una pérdida de tal calibre. La autora escribe desde dentro y nos identificamos plenamente con una Blanca hecha jirones y buscando algún faro que la saque de la tormenta donde habita desde  el fatal acontecimiento. La novela se nos presenta humana, cercana y sensible, sin caer en un exceso de sentimentalismo o tragedia.

En definitiva, Milena Busquets demuestra buenas maneras con este libro aunque el resultado final no sea redondo.

A destacar.

La profundidad que alcanza en algunos momentos.

Cadaqués. Un pueblo que se transforma en un estado de ánimo.




miércoles, 8 de abril de 2015



La pequeña comunista que no sonreía nunca
Lola Lafon. Editorial Anagrama. 288 páginas.

Más rápido, más alto, más fuerte

¿De qué están hechas esas personas que consiguen realizar una hazaña deportiva  perfecta? ¿Son iguales que nosotros? ¿Qué hacen para conseguir ese punto diferenciador? ¿Por qué encandilan sus gestas a tanta gente? Todas estas preguntas suponen el punto de partida del libro de Lola Lafon.

La obra se centra en Nadia Comaneci, una de las gimnastas más importantes de la historia. Con sólo 13 años consiguió en unos Juegos Olímpicos el primer 10 de la historia de la gimnasia y se metió en el bolsillo al mundo entero con sus acrobacias imposibles ejecutadas de una manera sencillamente bella e impresionante.

Lola Lafon intenta explicar qué hay detrás de esa imagen pública de triunfadora y niña prodigio de la protagonista de la novela. Lo hace narrando los hechos más trascendentes de la vida de la gimnasta rumana y poniendo voz a lo que dijeron los personajes que participaron en ellos. Nadia se convertirá de la noche a la mañana en una niña venerada y exigida por todo el mundo, que se ve obligada a prescindir de su infancia y adolescencia, sacrificadas por la competición deportiva y por el hecho de ser el icono de la dictadura de Ceacescu.

El lector deberá asistir y reflexionar sobre el camino que le llevó al éxito: dietas que se quedan a dos pasos de la anorexia, lesiones constantes que afectan al crecimiento y normal desarrollo de las niñas, tratamientos médicos para neutralizar o retrasar el máximo de tiempo la regla… ¿El fin justifica los medios?¿ Prima  sobre la salud de la gimnasta, el deseo y la admiración de millones de personas por ver al hada rumana hacer piruetas imposibles?

La autora quiere dejar constancia también de  las dificultades que los rumanos tenían que sortear a medida que el régimen de Ceaucescu empezó a degenerar y venirse abajo. Como la paciencia y la resignación eran las únicas armas de un pueblo que ya no creía en los ideales y las pautas que marcaba su máximo mandatario, pero que no podía rebelarse contra ellos. Convivir con el racionamiento de alimentos, la corrupción, los exámenes ginecológicos arbitrarios, el frío, la falta de medios, etc. fue un precio demasiado alto para que la sociedad rumana pudiera avanzar hacia cotas mínimamente respetables de bienestar. Pero la llegada del capitalismo tampoco fue el paraíso prometido, pues dejó a millones de personas en peores condiciones que las que tenían antes de la caída de Ceaucescu. Así pues, al final cambian las caras de los que mandan, pero no se resuelven los problemas estructurales. ¿De qué sirve poder expresarte o reunirte libremente si no tienes para comer?, se preguntan muchos.

En otro orden de cosas, el estilo de la obra  viene jalonado por las ganas y pasión que la autora ha puesto, y le permite introducirse y guiar al lector con facilidad por la Rumanía de los últimos 40 años y por el mundo de la gimnasia de élite.

Es muy interesante el recurso que muestra la autora en sus diálogos ficticios con Nadia Comaneci. En efecto, en ellos la misma autora se transforma en la Nadia actual que debe aprobar el contenido de los capítulos del libro corrigiendo, suprimiendo o añadiendo lo que estime conveniente. Así pues, esta técnica le sirve a Lola Lafon para dar una nueva perspectiva al punto de vista en el que en principio se presentan diversos temas: la sumisión del pueblo rumano, la explotación de las niñas gimnastas, el papel del entrenador de Nadia… 

En conclusión, Lafon nos ha regalado una obra que se hace fácil y entretenida al lector, sin perder por ello un ápice de profundidad y reflexión. Una gran obra.

A destacar:

Los claroscuros del comportamiento de la protagonista.

La denuncia de la hipocresía de buena parte de la sociedad occidental actual.

El retrato de la vida en la Rumanía de Ceaucescu.