lunes, 22 de junio de 2015




La habitación de Nona.
Cristina Fernández Cubas. Tusquets Editores. 192 páginas.

Puertas entreabiertas

La habitación de Nona es un libro de cuentos en el que  la autora nos demuestra que domina perfectamente la mecánica del relato corto. Los cuentos están muy bien estructurados, la narración fluye sin cortapisas y el giro inesperado que sorprende al lector se presenta en el momento preciso.

El universo de Fernández Cubas puede compararse con una casa en la que hay habitaciones correspondientes al mundo real y otras que pertenecen al mundo no real o ficticio y siempre hay una puerta entreabierta que las une. El tránsito de un mundo a otro se hace de manera sorprendentemente natural, sin artificios, como cuando pasamos de una habitación a otra de la casa.

La autora reivindica la imaginación. No obstante,  a veces a sus personajes les asalta la melancolía al regresar desde el mundo ficticio a las estancias del mundo real   y también hay otras veces que la usan para vislumbrar los fantasmas que les acechan. Pese a todo, la imaginación es un recurso  necesario para el ser humano, ya que lo conecta directamente con la ilusión.

Hay dos cuentos que sobresalen por  encima de la media. El primero es La habitación de Nona, donde la autora va ensanchando y estrechando los límites de la realidad con maestría para hacer ver al lector que el mundo ficticio puede ser tan real como ficticia puede ser la realidad. No se puede dejar de destacar la frase de Einstein que nos regala el cuento: “La realidad es una ilusión, aunque muy persitente”.

El segundo es El final de Barbro donde hace gala de un finísimo sentido del humor para diseccionar la reacción de tres hermanas ante la llegada de un nuevo miembro a su familia. El destino a veces es bastante caprichoso, se presenta sin avisar y se cuela en nuestra propia casa para agitar y poner patas arriba  los lazos que hasta ahora regían la convivencia familiar. Ante esta situación, Fernández Cubas quiere mostrarnos como reaccionamos las personas y que recursos buscamos para recuperar o mantener el orden que nos era más favorable.

Así pues, este libro de cuentos es perfecto para quien quiera iniciarse o simplemente disfrutar del arte del relato corto. Es cierto que  hay unos cuentos más irregulares que otros, pero en el balance final de la obra  las historias  que componen La habitación de Nona dejan poso en el lector. Días después  de haberlas leídos vienen a tu cabeza y no puedes evitar volver a pensar en ellas una y otra vez.


No hay comentarios:

Publicar un comentario