Cómo ser marido.
Tim Dowling. Editorial
Anagrama. 298 páginas.
La vida es así, no la he inventado yo
Cuando se llega al matrimonio, se cae en la cuenta
que no nos han explicado bien cómo funciona. Como punto importante en la madurez
de las personas, el matrimonio representa lidiar con cuestiones que hasta ese
momento eran perfectas desconocidas: la relación con la familia del otro
cónyuge, la decisión de tener hijos y la adaptación a la paternidad, la lucha
por ganar el sustento económico para dos o más personas, etc.
Y
mucha gente, la referencia más viva que tiene de la institución matrimonial y
todo lo que conlleva es el “fueron felices y comieron perdices” que tanto le
gusta vender a Hollywood. Dowling coge la sierra mecánica y descuartiza trocito
a trocito esta idílica e infantil idea y es claro desde el principio: el
matrimonio es un arduo trabajo en el que vas a fracasar mucho. No hay manual de
instrucciones para su funcionamiento. No quedará otra que acudir al sistema ensayo-error
para ir avanzando en su conocimiento.
El
autor nos repite que el libro no es de autoayuda. Habla de su experiencia
personal como marido y padre de tres hijos para que el lector tome conciencia
de lo que se debe y en muchas ocasiones no se debe hacer para mantener un
vínculo matrimonial sólido. Y lo hace siempre usando el humor como hilo
conductor.
Dowling
tiene claro que solamente con los dardos del humor acertará a dar en el blanco cuando
nos hable de la masculinidad, la falta de comunicación entre cónyuges, la pérdida de seres queridos y el
crecimiento de los hijos, entre otros muchos temas. Porque el tono cómico del
libro hace que el lector se sienta identificado con las situaciones reales que
nos describe y pueda extraer sus propias conclusiones.
La
obra cuenta con pasajes divertidísimos, como cuando prueba técnicas de
acercamiento para mantener la relación en buen estado; cuando describe que una
de las tareas básicas del marido es bajar las persianas y asegurarse de cerrar
la puerta para ir a dormir o cuando pregunta a un reputado especialista en la
materia como se puede ganar una discusión con su mujer.
No
obstante, tras las gruesas capas de comedia siempre advertimos la fina textura de la investigación y los estudios que realiza
el autor. Dowling parte de la base de su propia experiencia pero trata siempre
de sustentarla con opiniones de profesionales y estudiosos.
Este
libro va a gustar a muchos porque Dowling nos demuestra que riéndonos de
nosotros mismos podemos llegar a entender la idea clave para que todo
matrimonio funcione: tomar conciencia de que el otro cónyuge por biología y
genética es diferente a nosotros pero que tenemos la capacidad y la necesidad
de superar las diferencias para crear un vínculo firme y duradero.