domingo, 31 de mayo de 2015




El imperio de Yegorov.
Manuel Moyano. Editorial Anagrama. 192 páginas

Who wants to live forever

Un libro puede gustar al lector y dotarse de originalidad por varios motivos: las atmósferas planteadas, la cercanía que pueda establecer con el lector, el humor, la complicidad… El imperio Yegorov llama la atención principalmente por la estructura que nos plantea el autor. No hay una narración al uso, sino que el libro consiste en la recopilación de diversos documentos de muy variada índole: un diario, entrevistas, informes policiales, correspondencia, chats,  emails, etc. Moyano se encarga de tejer hilos muy finos, pero resistentes sobre los que transita la narración entre la sucesión de textos de tan diferente índole.

No obstante, el autor ha puesto especial cuidado en que el lector no se pierda nunca y se mantenga enganchado. Plantea la novela como una especie de puzzle en el que el lector sabe en todo momento que al final  será capaz de unir todas las piezas, que no habrá giros tramposos. En cierto modo, invita al lector a jugar y a mantener la incertidumbre de una trama cuyo desenlace se va  a producir en el momento justo.

No procede desvelar grandes cosas del argumento del libro, baste indicar que  arranca con un descubrimiento fortuito de unos exploradores japoneses en una expedición efectuada en los años 70 para estudiar una tribu indígena en Papúa Nueva Guinea. Este descubrimiento tendrá una trascendencia inimaginable en el futuro e irá marcando el devenir, por acción u omisión,  de los distintos personajes que aparecen en la novela.

Moyano  mezcla la novela de aventuras, la ciencia ficción y  el thriller haciéndose imprevisible para el lector en todo momento, pero no lo hace con la mera intención de alardear, sino siempre  por y para el desarrollo de la trama.

El autor tiene claro que quiere entretener, por eso la obra está impregnada de un sentido del humor que no  mueve a la risa contundente, pero que arranca más de una sonrisa con su fina ironía. Ahora bien, el objetivo de entretener no impide al autor poner en el punto de mira  la codicia y el endiosamiento  que a menudo predominan más de lo deseable en el comportamiento del ser humano.

En definitiva, El imperio de Yegorov no pretende ser otra cosa que  una alternativa  original que entretiene  sin necesidad de estrujarse  el cerebro, pero que deja un poso que invita al lector a la reflexión y a pensar qué hubiera hecho si se encontrara en la misma situación que muchos de los personajes que aparecen en la obra.

No hay comentarios:

Publicar un comentario